"Crónica de una tormenta" es, según su propia directora, "una pequeña muestra sobre ese gigantesco mundo del periodismo y los medios de comunicación en donde se habla, entre otras cosas, de la desigualdad y la falta de representación de la mujer en el discurso público y de la imposibilidad de acceder a espacios de poder"
“Crónica de una tormenta”, filme de Mariana Barassi que transcurre en la noche de una redacción en la que el director del diario se disputa entre un amigo y una exestudiante la sucesión del rotativo, entre conspiraciones, lazos sentimentales y corrupción entre medios y política, es uno de los estrenos de este jueves por Cine.ar TV.
“La relación entre la prensa y el poder político-económico tiene una larguísima e interminable historia; mi película es una pequeña muestra sobre ese gigantesco mundo del periodismo y los medios de comunicación en donde se habla, entre otras cosas, de la desigualdad y la falta de representación de la mujer en el discurso público y de la imposibilidad de acceder a espacios de poder”, dijo la directora argentina a Télam.
La cinta coproducida entre Argentina y España presenta a Antonio (Ernesto Alterio), un veterano del periodismo, adicto al trabajo y con un claro sentido de la parte burocrática del oficio.
Por su parte, Macarena (la española Clara Lago), su ex alumna, creció bajo el ala de su mentor hasta llegar a ser subdirectora, al igual Vargas (Quique Fernández), quien compartió coberturas en el exterior junto al director.
La historia encierra durante una Nochebuena a Macarena y Antonio, que se debaten entre la honestidad de la profesión, las tropelías que se deben dejar pasar y el futuro de una redacción que, sin saberlo, se encuentra en medio de un cambio de rumbo.
El fantasma de Vargas, personaje que aparece solo en tres escenas, dirige constantemente las charlas y acciones que mantienen Macarena y Antonio, como si su sola existencia fuera suficiente para poder echar todo a perder o llegar a buen puerto.
“Me interesaba retratar ese enamoramiento que cuando una es joven tiene con la figura de un mentor, de alguien experimentado pero que no es un padre, que es una figura de poder, que da seguridad y amparo. Maca es consciente de que el único con quien ha trabajado y crecido ha sido Antonio, y por eso también duda de si fuera de ese ‘lugar de confort’ tiene la madera para ser una buena periodista, y de eso se aprovecha él”, indicó Barassi.
“Por el otro lado Antonio -agregó la realizadora-, a quien le atrae esa naturalidad con la que la juventud se relaciona sexualmente, que tiene sus días contados, la idea de renovarse junto a alguien más joven y a quien quiere, le parece una oportunidad que tampoco quiere dejar escapar, y ella también se aprovecha de esto”.
Con una actuación que por momentos pareciera teatral, con actores cuya expresión corporal se impone en cámara, Barassi, que adaptó la obra de Sabina Berman, cose en esta triada el amor, la vocación, el pragmatismo y los valores, para que explote todo junto en la última escena del filme.
“La versión definitiva no llegó hasta trabajarla con Clara y Ernesto, con quienes terminé reescribiendo las últimas líneas. Creo que la naturaleza del texto pide eso y es lo que más me atrapó de la historia, el lugar donde cada uno se coloca ante los temas que se tocan y cuidar ese espacio para que cada espectador se posicione y tome partido. Para mí ese fue el equilibrio más difícil de sostener en el texto”, dijo la directora.
Télam: ¿Cómo fue filmar una historia con solo dos personajes (aunque hay un tercero que participa) en prácticamente una locación?
Mariana Barassi: Ha sido un proceso muy intenso y muy mágico. Tanto Clara como Ernesto han sido muy generosos, se cargaron la película al hombro desde el comienzo. Y el rodaje fue corto pero con largas jornadas, nocturnas en su mayoría, intentando rodar de manera cronológica para sujetar el desarrollo de cada personaje, con escenas extensas en las que la tensión entre ellos sube y baja varias veces, repitiendo y cambiando en cada toma. También es cierto que esa atmósfera que se creaba, ese rodaje casi íntimo, ayudaba mucho a construir la magia que se produce entre los dos.
T: Hay una visión bastante escéptica del periodismo en la película.
MB: El tema de las ‘fake news’ en la obra de teatro aún no estaba muy desarrollado y en los últimos años ha cobrado una relevancia impresionante y ha cambiado mucho la manera de leer la prensa. Nos hemos ido acostumbrando a decodificar la avalancha de información que diariamente nos llega y a leer de manera transversal todo, poniendo en tela de juicio ya no solamente lo que se nos cuenta sino desde dónde nos llega y a qué intereses responde.
T: Hay una disyuntiva entre la que trabaja con ética, pero que es un tanto naif, y otro que conoce todos los gajes del oficio, pero con manías que sobrepasan el límite de lo legal y moral.
MB: Lamentablemente, creo que en la mayoría de los casos en los que se elige a un sucesor en un entorno de poder, como es la dirección de un medio de comunicación, el peso recae sobre figuras que saben moverse en aguas conocidas, y con eso se vuelve al círculo vicioso en el cual finalmente la competencia de espacios de decisión caigan en manos de gente con mayor trayectoria, más vinculada, de más confianza… Me encantaría contestar que la capacidad y honestidad son herramientas de mayor peso, pero no estaría siendo honesta conmigo misma.